“Peter Jackson” está rodando “El Hobbit” a “48 fotogramas” por segundo.

Reflexión: ¿Estamos ante la creación (con interés económico) de una «nueva necesidad»?

Peter+Jackson 01 partiendodecero.com
El director de cine Peter Jackson con los
dos principales modelos de cámara de
la marca «RED».
En Febrero de 2.007, el gigante nipón, «Sony», anunció un sensor «CMOS» (el sensor que capta la luz y la transforma en píxeles) con «6.4» megapíxeles y con la capacidad de grabar vídeo y de hacer fotos a la vez sin que ambas acciones se interfieran entre si, por otra parte, podía grabar vídeo en una resolución de «2.921 x 2.184» a 60 fotogramas por segundo lo cual es mucho mas que el estándar actual de «Full HD» que es de «1920 x 1080» a 25 fotogramas por segundo en el caso del Blu-ray.
Si bien las cámaras de fotos ya hacía tiempo que eran capaces de grabar vídeo, hasta este momento nunca había sido esta cualidad algo «a tomar en serio» sino mas bien una opción mas de la cámara que la tecnología había aportado y que para que negarlo, no estaba nada mal, pero a partir de ese momento comenzó lo que muchos denominaron una «revolución» que terminó de estallar cuando tan solo un mes después, en Marzo de 2.007 la empresa «RED» anunció la cámara «RED ONE» con una resolución de «4520 x 2540» a 60 fotogramas por segundo y con un precio infinitamente menor que el de las cámaras de cine profesional que se usan, por ejemplo en Hollywood.

En efecto, «la revolución» había empezado y si ese «super sensor» de Sony había dado cierta luz (nunca mejor dicho) al asunto, el anuncio de «RED» había sido el «disparo de salida» a una carrera (al menos a una primera parte de la carrera…) que no se sabia muy bien a donde nos llevaría. No pasó mucho tiempo hasta que dos grandes de la fotografía se sumaron, como muchos ya se adelantaron a suponer que pasaría, Nikon y Canon empezaron a incluir en sus cámaras reflex la posibilidad de grabar vídeo de «alta resolución», concretamente, «Nikon» fue la primera en romper la barrera entra las cámaras de foto y las de vídeo con su «D90» (con capacidad de grabación en HD 1.280 x 720 a 24 fotogramas por segundo y con una limitación en la duración de cada vídeo de 5 minutos) aunque la segunda parte de esta carrera, no llego hasta que Canon sacó a la luz su «EOS 5D Mark II» con capacidad de grabar vídeo en Full HD 1.920 x 1.080 a 30 fotogramas por segundo y sin limitaciones de tiempo en la grabación. A partir de aquí, la revolución en el mercado estaba servida, la carrera había llegado a su «segunda parte» ya que ahora no se trataba de dispositivos «profesionales» de varios miles de euros, sino de dispositivos que podían rondar apenas los 1.500 euros con calidad profesional o semiprofesional, y ya era solo cuestión de tiempo que prácticamente cualquiera pudiese tener una cámara «muy potente» con la que poder grabar «cine independiente» por un precio «ridículo». (menos de 1.500 euros lo cual «no es nada» en comparación a lo que costaría comprar o alquilar cámaras profesionales de 16 o 35 mm, mas la película (la cinta) y el tratamiento de la misma.)

CREANDO NUEVAS NECESIDADES, CREANDO NUEVOS CLIENTES.

Todo este desarrollo tecnológico está genial de cara a los usuarios pero ¿qué sucede cuando un aparato de apenas unos 1.500 euros puede darte una calidad equivalente a uno que «aun» se sigue vendiendo por un precio astronómicamente mayor? Pues es obvio, las ventas de ese producto «caro» bajaran porque una parte mayor o menor de sus clientes potenciales acabarán comprando la cámara que cuesta una mínima parte del precio de la otra pero que da «casi» la misma calidad. Y ¿qué sucede cuando gente del mundo del cine se dan cuenta de que estas cámaras también le sirven a ellos? Pues que aunque sigan usando cámaras profesionales y «super caras» también se irán haciendo de unas cuantas de las otras por lo que si antes necesitaban 8 cámaras profesionales (caras) ahora tal vez tan solo necesiten 6, por lo que también empiezan a perder dinero con los «grandes clientes».

¿Qué podría pensar un «conspiranoico»? Tal vez podría pensar que los representantes de las grandes empresas se han reunido, para entre todos crear una nueva necesidad en el mercado de forma que los precios vuelvan a subir. ¿cómo se puede hacer eso? Pues haciendo que el producto estrella que ahora se vende, el que se ha convertido en el estándar, deje de serlo, se quede «corto» y que todo el mundo quiera y/o necesite algo con mas potencia, de esta forma, por un lado la industria podría volver a vender de nuevo cámaras a los mismo clientes a los que se las ha vendido hace poco, solo que un modelo nuevo que en teoría hasta ahora no necesitaban, pero que ahora, gracias a ellos, «si necesitan», y por otro lado, al haber complicado (mejorado/actualizado) la tecnología, ahora pueden seguir existiendo las cámaras baratas pero además «las nuevas» con el precio que ellos quieran durante el tiempo que ellos estimen oportuno.

Claro que para hacer esto, necesitan un «gancho», la industria no lo tiene tan fácil, «el consumidor» no es «tan tonto» para caer en esa trampa (aunque sobre esto habría que hablar, pero bueno). ¿Quien podría ser el gancho que ayude a la gente a caer en esta trampa? Recordemos el caso de James Cameron, «él solito» con su «Avatar» hizo que el «cine en 3D» se convirtiese en toda una revolución que ha llegado a afectar a toda la industria entera, en cierto modo, James Cameron tal vez sin buscarlo, fue un «gancho» ya que fue el catalizador para introducir el «3D» como una «nueva necesidad» en la gente y por tanto en la industria.

PETER JACKSON Y SUS «48 FOTOGRAMAS».

Peter Jackson como casi todos sabréis, está rodando «El Hobbit» lo que viene siendo la segunda parte (precuela realmente) de «El Señor de los Anillos», pues bien, este hombre ha tenido la «feliz idea» de en lugar de grabar en los 24 fotogramas por segundo de siempre (que se usan en el cine desde hace casi 100 años) pues utilizar el doble, 48 fotogramas por segundo, alegando que así se consiguen movimientos «mas suaves» en escenas de «movimiento rápido» y especialmente cuando usamos las famosas «3D»… hasta aquí, bueno, no parece «malo» como tal, pero… ¿qué sucedería si al igual que pasó con James Cameron y su impulso a las «3D», ahora Peter Jackson «queriendo o sin querer» hiciese que se estandarizasen los 48 fotogramas por segundo en el cine…?
Esta es la base de toda esta reflexión amigos, estaríamos otra vez tecnológicamente en el año 2.005 aproximadamente y todo el que haya invertido dinero en cámaras de la actual revolución se vería forzado antes o después a cambiarla por una nueva para poder grabar a 48 fotogramas por segundo. Curiosamente, las cámaras de la marca RED, no se verían afectadas porque tienen potencia suficiente para grabar muy por encima de esa capacidad (entre 60 y 96 fotogramas por segundo), pero claro también cuestan entre 30.000 y 60.000 euros que si bien es poco para ser «profesionales» y tener esa calidad, es muchísimo comparado con las reflex de Canon o Nikon con calidad Full HD que pueden rondar los 1.500 euros con un objetivo incluido. Osea, dicho de otra forma, este cambio solo afectaría a las cámaras «baratas», seria digamos una forma de corregir el «error» que la industria ha cometido al permitir que las cámaras de fotos puedan ser tan buenas grabando vídeo que lleguen a ser no solo mejores que las propias cámaras de vídeo sino que además se conviertan en un estándar en el mundo del cine independiente y como una herramienta opcional no descartable en el cine profesional ya que estas cámaras Full HD ya se han usado en series de televisión (“House”) y en alguna que otra película de Hollywood (en algunos planos, no en toda la película) por sus peculiares características que les otorgan ciertas ventajas para con sus hermanas mayores.

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TODOS GANAN.

¿Qué ganaría cada parte?, bien, los de la empresa RED ganan fama y clientes ya de momentos son los únicos en el mercado que pueden vender cámaras digitales de tanta calidad, las empresas tipo Canon y Nikon ganan porque tienen nuevo producto y nuevos clientes a los que vender el nuevo producto, y ¿que ganaría Peter Jackson? Bueno además del obvio «agradecimiento» de todas esas compañías, además, si la empresa RED le proporcionase todas las cámaras de forma gratuita para la grabación (con la técnica de los 48 fotogramas por segundo) de «El Hobbit», el director ahorraría mucho dinero en cámaras y película y la empresa RED obtendría una gran promoción de la marca al ser protagonista de una película de renombre así como de un experimento que podría revolucionar la industria del cine (otra vez mas).

Así pues, ¿será el «experimento» de Peter Jackson tan solo eso, un experimento de un realizador imaginativo y con ganas de innovar en sus propios proyectos? ¿o tendrá tanto éxito que acabará convirtiéndose en un estándar? y la pregunta clave para los que no creen en las casualidades, de ocurrir eso, ¿habrá sido una casualidad o formaba parte de una estrategia comercial planeada…? En cualquier caso, para bien o para mal, el rodaje y estreno de «El Hobbit» es posible que inicie un cambio en la industria similar al que vivimos hace poco con «Avatar y las 3D».

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Artículo Original de: PARTIENDO DE CERO . COM

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